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Hace algún tiempo, se incorporó a la ESO el trabajo por proyectos y las colaboraciones entre asignaturas. Hoy, esta iniciativa ya ha comenzado a dar sus frutos y los estudiantes son más competentes y están bien entrenados para trabajar cooperativamente.

En cuanto a los proyectos, este curso ha aumentado las horas y han pasado de tener un horario itinerante a ocupar toda la tarde, tanto en primero como en segundo. Este hecho ha sido clave para trabajar en proyectos transversales que han implicado una amplia gama de temas.

En el caso de los estudiantes del primer año, después de un primer momento destinado a conocernos, hemos empezado el proyecto dedicado al barrio de Sant Andreu. Al final, los estudiantes han creado su propia agencia de viajes y han terminado de diseñar su modelo de patio.

Por otro lado, con los alumnos de secundaria, hemos dedicado el curso a un único proyecto: los Juegos Olímpicos y la creación de una candidatura olímpica y todos los elementos que la componen, como la mascota, el himno o la infraestructura hotelera. En el caso de la mascota, la comunidad educativa eligió la mejor creación a través de las redes sociales; La decisión fue complicada, ya que las diferentes propuestas tenían un gran nivel y rebasaban una vez más todas nuestras expectativas.

En relación con las colaboraciones entre asignaturas, la coincidencia horaria total, como en el caso de los idiomas (catalán y castellano), o parcial, como en el caso de sociales y naturales, nos ha permitido dar la vuelta a la metodología tradicional en estos temas, evitando la repetición de contenidos compartidos y apostando por el trabajo cooperativo como una forma de aprender más dinámica y enriquecedora.

En este sentido, la mejora de los resultados no se ha hecho esperar. Cuando los estudiantes experimentan por sí mismos lo que anteriormente les dijimos a través de una clase magistral, el aprendizaje alcanzado es siempre más sólido. Por ejemplo, adaptarndo y representando cuentos populares, han aprendido lo que es la literatura popular; viendo una cuadro de Rubbens han entrado en la mitología clásica y la pintura; inventando un nuevo código, han comprendido la dificultad de comunicarse… Además, han sido capaces de mejorar sus habilidades orales, que son muy importantes para la vida cotidiana y que prácticamente no se potenciaban.

El cambio metodológico ha significado una motivación hacia el aprendizaje tanto para los estudiantes como para los profesores. Con entusiasmo, hemos contribuido al grupo con «nuestras virtudes» y hemos aprendido de las aportaciones de otros, hemos alentado la creatividad, hemos encontrado recursos para la investigación y transmisión de información y, sobre todo, nos hemos divertido haciéndolo.

Nuria Pascual y Manel García

Coordinadores de la ESO


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