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Cuando decimos que estamos orientados queremos transmitir que sabemos dónde vamos. Para poder tener orientación debemos conocer dónde estamos, dónde queremos ir y qué caminos o alternativas tenemos para construir nuestro trayecto.

Ahora bien, no es solamente una acumulación de datos, debe tener sentimiento. El orientador debe conocer y sentir lo que el alumno / a siente, puede y quiere.

Nuestra escuela recibe los alumnos en primero de ESO, primero de Bachillerato y primeros de Ciclos Formativos. Nuestro primer objetivo es y debe ser plantar la semilla de la ambición por la formación en sí mismos, con las peculiaridades de cada edad. Sin motivación ni pasión no nos movemos.

Podríamos disponer de la figura del orientador, pero ambicionamos lograr que todos los miembros del equipo docente conozcan todas las posibilidades, dentro y fuera de nuestro centro, y por eso aprovechamos la larga experiencia que tenemos en empatizar con los alumnos desde la función tutorial y el paraguas de las 11 c’s.

Conocer las inquietudes del alumno / a permite elaborar con él un itinerario que lo lleve desde el inicio de su formación con nosotros hasta desarrollar al máximo sus posibilidades y confeccionar un currículum que asegure su inserción laboral con éxito.

La función de la institución escolar debe ser formar intelectualmente, personal y laboralmente a todos los alumnos y promocionarlos hasta el siguiente estadio (puesto de trabajo, universidad, ciclo formativo, ….).

Para ello disponemos de un Plan de Orientación que conoce todo el equipo docente y no docente y así todos podemos incidir siempre en la importancia de tener objetivos y de construir nuestro propio camino.

Joan Segarra

Director Monlau Sagrera


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